Siempre habrá en la vida una razón, en el cuerpo una marca, en la historia una canción, esa por la que en él pensaste, aquella con la que un día lloraste encerrada entre lágrimas ocultas tras una sonrisa de anomalías simuladas, aquella tierna melodía que estremeció en sus notas tus latidos y puso a mover tu cuerpo en sentido del reloj, la misma que siempre cantas mientras tomas una ducha. La que nunca olvidaste, la que nadie sabe que estudiaste tratando de entender si había más que música en sus versos, la que acoplaste a tu vida en todo momento. Siempre habrá un espacio sin ocupar, un teléfono sin contestar, una calle sin transitar. Siempre existirá un velero que nunca abandone el puerto y una joven que llore por amor. Un pecado mal cometido y un espejo roto por la imagen de un vestigio corrompido.

Pulseras de zapatos rotos por el tiempo y huellas que nunca dejaron marca, sino caminos de piedras, rocas sin alma, pedazos de amor derramados en lágrimas que mojaron la tierra y cosecharon recuerdos. Muchedumbres que protagonizan la escena de un misterio; antepasados aferrados al recuerdo de un futuro incierto y lámparas rebosantes de historias que hoy pululan las esquinas de esta conciencia cansada de tener la razón.

Siempre irá un mensajero al desierto por el que transitó una carta escrita al viento. Propagarán su tinta la oscuridad de una mala noticia que en manos de una doncella encendió el presagio de años temer. Donde sería convertido un sentimiento en la razón principal de cientos de sueños, angustias y desvelos. Siempre habrá quien lea la carta y infecte los sentidos… quien inesperadamente se enamore y eche al olvido el presagio solo por estar infectado del mismo incesto que rompería

Siempre habrá quien sufra la perdida de un ser querido, o incinere al pensamiento y sus recuerdos por haber perdido la razón de vida, dando cabida a la soledad y el desconsuelo. Siempre sorteará el concurso a la más bella y ganará el prejuicio.

Siempre conocerá un Tú que contradiga mis teoremas y desenfoque mis esquemas alterando anomalías que terminarán en días de esos calidos, retorcidos e inolvidables.