Friday, May 26, 2006


Retornaba a mi, no más que el triste amanecer de tu partida. Las tinieblas destrozaban al rose los cálidos rayos del sol y oscurecía el alma perdida de quien ya te está extrañando. He pensado gritar al viento que te regrese pero no desea escucharme, cómplice de la naturaleza, me retienen las raíces al dolor de la desesperanza y me niega el espacio a correr tras tu rastro... Hoy me destrulle la impaciencia y me agota la desolación. Esperaré hasta óbito de mi partida que regreses a despedir mi alma y me regales la paz y el descanzo eterno que nunca he conseguido tener desde que decidiste marcharte en brazos de la noche.